La
acción de la universidad está concebida como interacción armónica con la
comunidad a la cual pertenece, sin dejar de interrelacionarse con los intereses
colectivos y particulares. Esta vinculación entre las universidades y la
sociedad es con el propósito de comprender su rol protagónico que ejerce y de
cómo se organiza y se reorganiza desde una visión holística, donde toda su
planificación a ejecutar debe partir de principios transdisciplinarios donde su
visión sistémica sea el principio de su integración, solo de esta manera todo
lo que este planteado en su accionar puede desencadenar recursivamente una
transformación social inherente a los nuevos tiempos y permitir trascender como
una de las instituciones que está comprometida en generar oportunidades de
desarrollo para todos los integrantes de la sociedad.
Es de considerar que las
instituciones universitarias con su estilo de abordar la realidad, estará
preparada para describir, explicar, comprender e interpretar los cambios
comunitarios, y de esta manera generar oportunidades y adaptarse a los intereses
del entorno, teniendo siempre presente que el ser humano es la única especie
que puede planificar para bien o para mal su estilo de vida, donde su realidad
depende de cómo interactué con su entorno, pensando que sus acciones están
destinadas a la interacción con el medio. En este contexto, una de las
finalidades de las universidades es la producción de conocimiento, dirigido
este a la articulación e intención social, necesaria esta para desarrollar la
continuidad de flujo de información utilizada como plataforma de crecimiento
personal y colectivo.
Donde
la información no es solo una utilidad acumulativa de contenido sino que sea
utilizada recursivamente en pro de la transformación social, sin dejar de lado
lo concerniente a la naturaleza que le implica la transformación del ser frente
a las exigencias de la realidad. Desde esta visión, la autonomía universitaria
es creada con la responsabilidad de propiciar estabilidad interna y externa,
pero también para garantizar el aporte de conocimientos en manos de su cuerpo
de personas que la integran, su punto de partida está centrado en la ontología
fenomenológica desde la forma de ver el ser y su dinámica que él ejerce en su
medio donde interactúa, lo cual permite dar conjetura y críticas de sus
acciones y de su forma de pensar frente a los grandes retos de los cuales él
está inmerso.